Con el artículo de hoy comenzaremos una pequeña serie que nos va a ayudar a revisar las corrientes principales dentro del ámbito de la psicología, la primer corriente que vamos a ver es el Estructuralismo.

Estructuralismo.

Edward Bradford Titchener vivió entre 1867 y 1927, nació en Chicester cerca de la capital Inglesa. En medio de dos grandes revoluciones, la Industrial, que cambiaría la forma de pensar, actuar y relacionarse el hombre; la segunda, la revolución Darwiniana, el hombre no había sido creado, sino que había evolucionado de homínidos hasta su estado actual. Su padre murió cuando era un adolescente por lo que fue criado por su abuelo paterno, quien era abogado y le inculco hábitos y valores; los cuales Titchener aun viviendo en EE.UU. jamás perdió.

Fue excelente estudiante, estudió en las mejores escuelas públicas de Inglaterra y posteriormente entró al Brasenose College de la Universidad de Oxford, donde permaneció cinco años, hasta 1890. Cursó Estudios Clásicos y Filosofía, estando en Oxford pasó su último año en laboratorios y llevó una relación estrecha con John Watson, relación paradójica, pues Edward rechazaba los postulados conductistas, y Watson ridiculizó las propuestas de Titchener, pero a partir de los trabajos de laboratorio de Watson, Titchener lo considero digno de respeto y mantuvo una amistad con él.

 Cuando Titchener supo de los trabajos sobre fisiología que se llevaban a cabo en Leipzig, y al hablar con soltura el alemán, solicitó su traslado; y fue aceptado para trabajar en el laboratorio de Wundt. Estuvo dos años con él y logró un doctorado, posteriormente hubiera querido regresar a Oxford o Cambridge, pero estas universidades no estaban interesadas en el estudio de la nueva psicología que Titchener realizaba, pero tuvo suerte y la Universidad de Cornell (Universidad que también cuenta entre sus líneas a hombres como Carl Sagan) en EE.UU. lo acepto gracias a las referencias de un colega que había conocido en Leipzig, Frank Angell. Ahí Titchener comenzó por desarrollar manuales de laboratorio, pues consideraba que los existentes no eran suficientemente claros, e inclusive los suyos fueron utilizados por mucho tiempo como guías para los trabajos de laboratorio.

Para Titchener una de las principales responsabilidades del psicólogo era la de estudiar la conciencia humana  a partir de elementos básicos o componentes estructurales, así su ciencia fue la de estudiar la estructura de la mente humana por medio de métodos experimentales. Y también debía entender el proceso de síntesis por medio del cual la mente a partir de los elementos estructurales logra crear procesos complejos, según Titchener (1909, citado por Goodwin, 2009, pág. 196) “el experimentalista aprende a formular las leyes de conexión de los procesos elementales de la mente. Si ocurren juntas sensaciones de tono, éstas se combinan o se fusionan; si las sensaciones de color ocurren lado a lado, se mejoran una a otra; y todo esto tiene lugar en una forma perfectamente regular, para que podamos escribir leyes de fusión tonal y leyes de contraste de color.” Aunado a todo esto Titchener propuso una tercera meta en los estudios de psicología, y esta era que debía explicarse como el sistema nervioso producía los diversos fenómenos sensoriales, perceptuales y cognoscitivos que le interesaban.

Para comprender y estudiar los fenómenos estructurales y los proceso de síntesis que se desarrollan en la mente humana, creo un sistema de investigación cualitativo y cuantitativo que se explica en sus manuales; este sistema pone un gran énfasis en los procesos de sensación y percepción, para después estudiar el proceso de síntesis; muy pocos de sus trabajos llegaron a estudiar los procesos nerviosos que él propuso.

Para el estudio de estos temas propuso una metodología que llamó Introspección, esta es heredada del laboratorio de Leipzig y Wundt, donde se limitaba a informes sobre percepciones de los sujetos, pero a partir del trabajo con Külpe, otro alumno de Wundt, este ejercicio se convirtió en una descripción detallada de procesos conscientes de los sujetos al desarrollar alguna tarea específica.  El proceso de introspección era algo problemático pues es difícil estar consciente de los procesos mentales y al mismo tiempo describirlos, por lo que desarrollo soluciones para esto. La primera era que en lugar de describir las sensaciones al mismo tiempo que se sentían, se recurriera a la memoria para hacer la descripción de estas, por lo que la introspección se convirtió en retrospección; la segunda fue fraccionar el experimento en etapas, y la tercera y más importante fue la de crear el hábito introspectivo.

Esto implicaba que los sujetos a observar desarrollaran el hábito de la introspección, para poder llevar bitácoras detalladas de sus sensaciones mientras se daban los sucesos mentales.  Por lo que sus sujetos debían pasar por un periodo de capacitación para evitar el error de estímulo.

A partir de esto, identificó tres tipos de procesos mentales fundamentales: sensaciones, imágenes y afectos. Las primeras eran los elementos básicos más complejos de la percepción, las segundas eran los componentes de construcciones mentales más complejas llamadas ideas y la tercera era la que constituía nuestras emociones.

Todos estos fenómenos ya no podían reducirse, pero tenían características o atributos, la sensación tiene atributos como  calidad, intensidad, duración y claridad. Calidad es lo que distingue una sensación de otra, la intensidad es la fuerza del estímulo, la duración es el tiempo que permanece la sensación, y la claridad se refiere a si la sensación es dominante, independiente y sobresaliente. Las imágenes poseen estos atributos pero las cualidades son pálidas, desteñidas y vagas. Y los afectos según él solo tenían dos cualidades fundamentales: agradables o desagradables, y tienen calidad, intensidad y duración pero carecen de claridad.

Creo que su método fue uno de los fundamentos que sirvieron para hacer de la psicología una ciencia, pues fue riguroso al aplicar los métodos de investigación en laboratorio, desafortunadamente no le dio importancia a las diferencias individuales de los sujetos, por lo que daba por sentado que todos pensaríamos de la misma forma. Así mismo no llevó a cabo estudios con sujetos dementes, por lo que sus aportaciones al tratamiento de patologías son casi nulas.

Su metodología no ha evolucionado hasta nuestros días pues se descubrieron problemas con esta que producían sesgos, pues él no considero que se pudieran dar pensamientos conscientes sin imágenes, y otra controversia fue el tiempo de respuesta que en Cornell era similar, pero diferente en otros centros de investigación.