Es hora de considerar cómo el fitness puede beneficiar no sólo tu salud y bienestar, sino la de tu relación.
¿Por qué no invitar a tu pareja a una sesión de ejercicio contigo? Ha surgido mucha evidencia recientemente que sugiere que las parejas que hacen ejercicio y sudan juntos tienen relaciones fuertes y duraderas.
Aquí te damos unos ejemplos de cómo hacer ejercicio con tu pareja puede beneficiarlos a ambos:
Aumenta tu felicidad con tu pareja
Estudios demuestran que después de llevar a cabo un reto o actividad física, las parejas reportan sentirse más satisfechas con su relación y más amor hacia su pareja. El ejercicio es un ejemplo perfecto de una actividad vigorizante que puede tener efectos positivos en tu relación.
Mejora la eficiencia de tu rutina de ejercicio
Un concepto en la psicología social es que la simple presencia de alguien afecta tu capacidad de llevar a cabo una actividad. Incluso si ya te sientes competente con un ejercicio en particular, traer a tu pareja contigo puede ayuda mucho con tu rendimiento.
La presencia de tu pareja mejorará tu velocidad sin que necesariamente estés consciente de ello.
Hace que tu pareja se enamore más de ti
El ejercicio induce los síntomas de la excitación fisiológica–manos sudadas, corazón acelerado, falta de aire. Estos síntomas reflejan de muchas maneras la atracción romántica. Interesantemente, la gente puede confundir estos dos y atribuir erróneamente la excitación física con la atracción romántica. Si llevas a tu pareja al gym contigo es posible que te vuelvas más atractivo ante sus ojos.
Ayuda a que alcances tus metas de fitness
Cuando a una pareja le importa el fitness, se vuelve más fácil que los dos alcancen sus metas. Un estudio muestra que las personas que hacen ejercicio suelen llevar a cabo más actividad física cuando su pareja brinda más apoyo. Compartir juntos una caminata por las mañanas o una vuelta en bicicleta o una clase de zumba pueden brindar el contexto perfecto para esto.
Mejora el lazo emocional entre los dos
Cuando hacen ejercicio juntos, creas un contexto en el que pueden coordinar sus acciones. Por ejemplo, quizá levantes pesas al mismo ritmo que tu pareja o tratas de correr al mismo paso que tu pareja. Este tipo de comportamiento crea emparejamientos no verbales o imitación, lo cual los puede beneficiar a los dos.
En conclusión, el fitness puede tratar de ti o de ti y tu pareja, ¿así que por qué no compartirlo, aunque sea ocasionalmente y descubre cómo hacerlo puede darle nuevas dimensiones a tu relación.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.