Existen muchísimos factores cuando se trata de una buena noche de sueño: lo que hiciste de ejercicio ese día, cuánto tiempo llevas sin consumir cafeína, a qué hora dormiste, que hiciste antes de dormir y por supuesto, tu colchón.
Dormimos por alrededor de una tercera parte de nuestras vidas y por eso es importante tener un buen colchón que te funcione a tu específicamente. Si te suele doler la espalda, esto es un buen comienzo.
Al igual que las condiciones que se requieren para una buena noche de sueño, hay muchos factores cuando se trata de tu colchón. Cuánto tiempo llevas usándolo y su firmeza son buenos lugares para empezar.
Una cama suave no es ideal para ti si tienes problemas con la espalda. Algunas personas dicen que un colchón medianamente firme es mucho mejor que uno firme para reducir dolor de espalda baja.
Pero fin y al cabo, todo aquí depende de cada quien y sus preferencias. La comodidad es lo más importante, así que tómate el tiempo al elegir un colchón y dáte la oportunidad de probarlas y sentirlas antes de comprometerte a uno.
La posición en la que duermes también tiene mucho que ver con cómo te sientes por las mañanas. La posición más óptima para cada quien es diferente según sus preferencias, pero lo importante es evitar posiciones dolorosas y malas para la espalda usando almohadas para elevarte de manera estratégica.
Por ejemplo, si duermes acostada boca abajo, pon una almohada debajo de tus caderas para evitar una extensión excesiva de los lumbares.
Si te duermes de espalda, pon una almohada debajo de tus rodillas para mantener tu pelvis en una posición más neutra.
Si duermes de lado, pon una almohada entre tus piernas para evitar que las caderas se junten.
La idea es evitar que tu columna haga alguna curva fuera de su rango de movimiento.
Y finalmente, es importante la temperatura también, si duermes con demasiado calor, no dormirás bien ni quieta. La temperatura ideal para dormir es de 15º a 19ºC.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.