Quizá uno de los consejos más comunes para el entrenamiento es mantener tu espalda recta con cualquier levantamiento de peso, sin importar el ejercicio que estés haciendo.
Desde sentadillas hasta levantamientos de peso muerto, cualquier carga que vaya sobre tu columna, siempre se ha pesado que debe ser con la espalda recta, de lo contrario corres el riesgo de lesioanrte.
Aunque algunos entrenadores te dirán que este consejo no es muy útil y hasta puede ser peligroso en algunos casos. Esto es porque al clavarte con mantener la espalda recta, ignoramos las posiciones en las que caemos cuando inevitablemente perdemos la forma correcta.
Este shock en una zona débil puede resultar en una lesión o puede causar dolor de espalda. La verdad es que tu espalda se puede redondear y arquear de la misma manera que pasa cuando haces ejercicios de gato-vaca. Está hecho para moverse a más que una posición neutra.
Doblar la espalda no es lo que es peligro, el peligro se encuentra en las posiciones que no entrenas.
La capacidad de recuperación y la robustez están construidos a través de programas de entrenamiento que incluyen movimientos que te sacan de tus movimientos cómodos de manera segura.
La respuesta es agregar poco a poco lo que no haces, especialmente los ejercicios retadores que requieren control en muchos planos de movimiento. Esto no significa que deberás cargar peso muerto hoy y no cambia la forma ideal para levantar pesas.
Si vas a querer preparar tu columna para ser fuerte en otras posiciones aparte de la posición neutral para levantar peso muerto. Darle tiempo a hacer ejercicios de movimiento de gato-vaca puede ayudar, enseñándote a tener consciencia de todo el rango de movimiento que tiene tu columna.
Ejercicios excéntricos e isométricos suelen ser ignorados y pueden ayudar con fortalecer tu espalda.
Un ejercicio que puedes probar para esto es parándote sobre un costal lleno de arena o algo similar, con tus pies al ancho de tu cadera a lado del costal. Empuja la cadera hacia atrás, dobla las rodillas y agarra el costal de los lados.
Rápidamente levanta el costal y ponlo sobre tus rodillas. Ahora envuelve tus brazos alrededor del costal como si le estuvieras dando un abrazo y entrelaza las manos. Ponte de pie y empieza a caminar.
Conforme camines, deberías de inclinar la espalda ligeramente hacia atrás para equilibrar el costal. Camina unos 100 pasos, esto es una ronda, haz 3.
Conforme este ejercicio se vuelve más fácil, aumenta el peso o la cantidad de pasos que tomas.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.