Nadie te culpa por ver a una persona en buena forma con buen tono muscular en el gimnasio y pensar “¿qué se supone que me podría enseñar esa persona sobre el fitness?” Apenas hace 30 años el área del entrenamiento personal no estaba regulado, así que cualquiera que pasara unos meses en el gimnasio podía decir que era profesional.
Pero el mercado del entrenamiento personal no es lo que solía ser y los entrenadores ahora cuentan con todo tipo de certificaciones, en algunos casos títulos.
Pero si aún no estás convencido de que te pueda funcionar un entrenador persona, aquí hay una pequeña lista de señales que podrían indicar lo contrario:
No mantienes consistencia
Quizá tengas algo de conocimiento de fitness, ¿pero estás verdaderamente siguiéndolo? La mayoría de la gente que hace ejercicio no cumple con las actividades físicas según los lineamientos. Se sincero, ¿te saltas tu entrenamiento del día algunos días después del trabajo? Probablemente te saltes una semana de vez en cuando.
Lo lamentamos, pero no vas a conseguir resultados de esta manera. Contratar a un entrenador puede ayudarte a mantener la consistencia porque no querrás dejarlo esperando en el gimnasio los días que te tienta la flojera.
Tiene metas grandes o nuevas
Todos los atletas más famosos en el mundo tienen entrenadores, algunos tiene hasta varios. Así que si los profesionales no se creen los mayores expertos del fitness, ¿qué te hace pensar que tú si lo eres? Esto es particularmente cierto si tienes metas con tu entrenamiento. Los entrenadores pueden ayudarte a ver qué te falta o qué estás haciendo mal para corregirlo.
Siempre estás lesionado
El dolor crónico no es normal y no deberías de aceptar lesiones consistentes como una parte de tu entrenamiento. Si siempre te estás lastimando, es muy seguro que estás haciendo algo mal. Quizá no le des importancia a los ejercicio de flexibilidad o de capacitación. Quizá tu postura es mala o probablemente estés levantando demasiado peso o no le das prioridad a la recuperación.
Hay muchas maneras de equivocarse cuando se trata del ejercicio y sólo se multiplican conforme vayas envejeciendo. Un entrenador puede guiarte para hacer los mejor sin lastimarte conforme vayas progresando, ya sea con el entrenamiento y la edad.
Dejaste de notar avances en tu progreso
Si llevas toda la vida haciendo ejercicio, pero aún estás un poco huango en lugar de fuerte, es tiempo de conseguir un entrenador. Si tu rutina no es la ideal para ti, entonces todo el progreso que has conseguido lo puedes ir perdiendo con la edad. Este es un proceso natural, pero sólo por eso no significa que no puedas hacer algo al respecto.
Tu equilibrio y flexibilidad son malos
El entrenamiento de equilibrio y flexibilidad no es sólo para mujeres. Los elementos fundamentales del entrenamiento pueden parecerte poco importantes, pero si los ignoras por mucho tiempo esto puede afectar drásticamente tu calidad de vida.
Pequeños cambios en el rango de movimiento, particularmente en las caderas y los hombros, pueden resultar en la incapacidad de poder alcanzar cosas sobre tu cabeza. Si descubres que ya no te puedes mover como solías hacerlo, es tiempo de conseguir a un experto que te enseñe a hacer el ejercicio correctamente.
No has cambiado tu rutina en meses
La definición de la locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente, lo mismo aplica con el entrenamiento. La consistencia es buena, pero hacer las cosas de la misma manera con el ejercicio sólo resultará en que te estanques con tu progreso. Habla con un entrenador y cambia tu rutina.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.