Atorarte en una posición haciendo ejercicio puede ser vergonzoso. Pero tener que pedirle ayuda a tu mamá para sacarte de esa posición puede ser absolutamente humillante, especialmente si lo publicas en internet (cualquier puede adivinar por qué alguien compartiría un momento así con el mundo). Sólo espero que este joven consiga quién lo vigile la próxima vez o se consiga una de esas rejas que son para momentos justo como este.

Si estás solo y no tienes el equipo adecuado (ni el cerebro) para esta clase de ejercicio y quieres abusar de tus piernas para super tonificarlas, procura tener amigos o contrata a un entrenador o lo que sea, sólo procura que siempre haya alguien que pueda ayudarte en una emergencia. Pero no busques a cualquiera. Tu amiguita que mide 1.50 metros y pesa 40 kilos no va a ayudarte en esta situación.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.

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