
Tu ciclo menstrual también entrena: cómo adaptar tu movimiento a tus fases
La idea de que el cuerpo femenino debe rendir igual todos los días es una narrativa que ha ignorado por mucho tiempo las fluctuaciones hormonales naturales. Adaptar tu entrenamiento a las fases del ciclo menstrual no solo es una forma de respetar tu cuerpo, sino también de optimizar tu bienestar físico y emocional.
Fase menstrual (días 1–5): descanso activo y movimientos suaves
Durante la menstruación, los niveles de estrógeno y progesterona están bajos, lo que puede traducirse en menor energía y mayor sensibilidad. Es un buen momento para optar por actividades de bajo impacto como yoga suave, caminatas o estiramientos. Escuchar a tu cuerpo y permitirte descansar también es válido y necesario. Como se explica en esta guía sobre el ciclo y el ejercicio de Hola, forzarte puede ser contraproducente.
Fase folicular (días 6–13): energía creciente y fuerza
A medida que el cuerpo se prepara para la ovulación, los niveles de estrógeno aumentan, lo que se traduce en mayor energía y capacidad de concentración. Es un momento ideal para incorporar entrenamientos de fuerza, HIIT o actividades cardiovasculares más intensas. Este enfoque va en línea con la práctica de escuchar el cuerpo más allá del checklist de wellness, en lugar de seguir rutinas genéricas.
Ovulación (días 14–15): máximo rendimiento
En esta fase, los niveles de estrógeno y testosterona alcanzan su punto máximo, lo que puede mejorar el rendimiento físico y la motivación. Es el momento ideal para realizar entrenamientos exigentes. Sin embargo, como advierten desde Banner Health, también es una fase donde el riesgo de lesión puede aumentar si no hay consciencia corporal.
Fase lútea (días 16–28): escucha y ajusta
Después de la ovulación, la progesterona sube y puede provocar fatiga, cambios de humor y menor tolerancia al ejercicio intenso. Reducir la intensidad y optar por actividades como pilates, yoga o caminatas largas puede ayudarte a mantener la constancia sin agotarte. En esta nota de Triangirl se explican más detalles sobre cómo el cuerpo responde en cada fase.
Movimiento cíclico, no lineal
Sincronizar tu entrenamiento con las fases de tu ciclo menstrual es una forma de honrar tu cuerpo y sus necesidades cambiantes. No se trata de limitarte, sino de adaptar tu rutina para maximizar beneficios y prevenir el agotamiento. Si estás explorando nuevas formas de habitar tu cuerpo, este enfoque también puede sumarse a prácticas más intuitivas como las que se proponen en esta reflexión sobre lo físico como identidad y resistencia.
Publicado por Redacción.