En un estudio reciente, 419 participantes usaron acelerómetros para rastrear su movimiento a lo largo de cuatro días. También tuvieron que responder cuestionarios sobre sus hábitos de ejercicio, estado de ánimo y dolor.
No fue sorpresa descubrir que aquellos que pasaron la mayor parte del tiempo sentados reportaron peores niveles de bienestar que aquellos que se movían con frecuencia.
Pero los tipos de ejercicio que ayudan con el estado de ánimo quizá sean algo inesperados. Los investigadores observaron que llevar a cabo actividades físicas ligeras (algo como salir a dar un paseo sin respirar fuerte o aumentar el ritmo cardiaco) o moderadas (como caminar más rápido sin correr) eran las más beneficiosas para mejorar el estado de ánimo en personas que normalmente son más sedentarias.
La gente que lleva a cabo actividades físicas más moderadas también reportaron niveles de dolor menores. Lo interesante es que aquellos que llevaron a cabo actividades físicas más vigorosas, el equivalente a una corrida de dos kilómetros en 13 minutos, mostraron ningún cambio en su bienestar.
Aún así, esto puede verse como algo bueno para aquellos que prefieren incorporar entrenamientos de alta intensidad en su rutina. Esto es porque previos estudios vincularon el ejercicio vigoroso con un mejoramiento en estado de ánimo.
El estudio muestra que mientras que un entrenamiento duro puede que no mejore tu estado de ánimo, tampoco va a hacer nada para perjudicarlo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.