El ejercicio se siente mejor justo después de que terminas, cuando estás cansado pero sabes que lo lograste.

Pero esto se quita cuando te empiezan a doler los músculos y esto puede durar hasta días, matando un poco tu motivación por seguir al día siguiente.

Aquí te damos unos consejos para que no sufras tanto después de hacer ejercicio, ayudarán a tu recuperación y aliviarán el dolor muscular para que quieras ir al gimnasio al día siguiente:

Cómete un plátano

Tener suficiente potasio en tu organismo combatirá la deshidratación y los dolores musculares a media rutina. Con un plátano mediano puedes consumir 400 mg de aproximadamente los 3,500 mg que deberías de consumir diario.

Usa un rodillo de espuma

Estira tu espalda y tus músculos con uno de estos. Dolerá mientras lo haces, pero aliviará todo ese doler y la tensión después, ayudando a evitar lesiones y aliviar el dolor del día siguiente.

Si el dolor está más focalizado, usa una bola en vez, te acuestas sobre ella y la ruedas alrededor de los músculos tensos.

Convierte tu regadera en una tortura

Una excelente forma de aliviar el dolor en los músculos es alternando entre temperaturas calientes y frías, cosa que fácilmente puedes hacer en la regadera.

Simplemente prendes el agua tan caliente como aguantes por 20 a 30 segundos, y luego lo cambias a lo más frío que puedes aguantar por el mismo tiempo. Esto combatirá la tensión y mejorará el flujo de sangre.

Simplemente remójate en agua salada

En general, un baño caliente después del ejercicio puede relajarte. Agrégale sal o bicarbonato de sodio, de este modo podrás aliviar el dolor por calambres, inflamación y relaja el cuerpo y aumenta el flujo de sangre.

Para esto simplemente llena tu tina con agua tibia (no caliente) e introduce como 2 tazas de sal. Remójate por 15 a 20 minutos, mínimo, y hazlo hasta tres veces a la semana.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.